liberando aquellas sombras
que gravitan en la bastedad del abismo
el aire inconsciente que suele perderse
en alguna introspeccion
crepitante y subterranea
de lo que todo ser oculta
tan celosamente de mi misma
donde mi vaga sombra se inclina
y observo entre el espejismo ambiguo
la consciencia agrietada
una mirada que sustenta la teoría
entre mi la pared y mi espada
el subsuelo que resguarda estos secretos
la consciencia que otorga el tibio desadormecimiento
de lo que nos pesa y nos abruma 
Ya te pedí perdón.
                      -
                    
s 
Henri Gervex (1852-1929) 
Ya te pedí perdón, ¿qué más deseas…? ¿Que me arrastre, que pene, que 
suplique…? ¿Que te llore mi error, que magnifique lo que...

 



 
 
 
 
 

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 
 
 





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