Donde te miro, donde te encuentro
besando la creación de lo inalcanzable
arrastrando una sombra codiciosa y obstinada
que desangra el débil escrúpulo
en que te miro! mi nobleza se oscurece
mis retinas se mojan de crudas hieles
de roció consagrado por mi devoción
hasta extinguir la ultima gota de este desierto
a donde te fugas ?. a donde trasciendes
mi alma te busca y mi corazón vive y muere
en la resonancia de tu vago nombre.
Ya te pedí perdón.
-
s
Henri Gervex (1852-1929)
Ya te pedí perdón, ¿qué más deseas…? ¿Que me arrastre, que pene, que
suplique…? ¿Que te llore mi error, que magnifique lo que...
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