Desterrada entre la infame ceniza del duelo
la aurora asfixiada en el olvido
las huellas perdidas en la niebla
una lagrima de hielo se desliza
en el espectro carnal del dolor
el frio prevalece como daga dolorosa
y el cielo palpita de arcoíris herido
el fulgor lejano destiñendo crudos lamentos
nubes exiliadas entre el vago llanto
donde el gélido sentir me embriaga de dolor
y me condena en un cascaron de cristal
Donde te miro, donde te encuentro
besando la creación de lo inalcanzable
arrastrando una sombra codiciosa y obstinada
que desangra el débil escrúpulo
en que te miro! mi nobleza se oscurece
mis retinas se mojan de crudas hieles
de roció consagrado por mi devoción
hasta extinguir la ultima gota de este desierto
a donde te fugas ?. a donde trasciendes
mi alma te busca y mi corazón vive y muere
en la resonancia de tu vago nombre.
dancemos, aun en lo inverisímil
en el acertijo verbal de cada palabra
que la imaginación arrulla
en la intima profanación fugitiva
del pensamiento en alguna nube abstracta
sobre un columpio se mese la nostalgia
que acuna bajo el sombrío designio
de un cristal llamado distancia
dancemos, sobre esa atmosfera que engendra
nuestros suspiros cada vez que nos miramos
mis ojos te perforan hondamente al abismo
de la introspección demente
donde te miro, donde te pierdo!
donde comienza el fin y perpetua este vacío
donde ahora me encuentro, el olvido
es mas que un fulgor extraño
o un poso profundo en este purgatorio
a donde van ahora nuestros sueños
de rodillas se desploma mi sombra
que ha tropezado una vez mas con tu recuerdo
esos ecos inquebrantables
que jamás se desgastan, jamás ¡
siempre irán con migo a donde valla
Ya te pedí perdón.
-
s
Henri Gervex (1852-1929)
Ya te pedí perdón, ¿qué más deseas…? ¿Que me arrastre, que pene, que
suplique…? ¿Que te llore mi error, que magnifique lo que...
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