como la primera vez
nos evocábamos y recordando
el terciopelo de nuestras manos
que volaba y se enredaba en la imaginación
como dejábamos que ese dulce temor nos invadiera
hasta la retinas temblaban de emoción
y nos asfixiábamos en la frágil proximidad de nuestra piel
rosara la expectativa acariciando cada intriga
que entre nuestros dedos de agua se dilataban
queriendo chorrear gota a gota sobre aquella superficie
intacta y nuestras palabras de arena se agrietaban
en cada suspiro y caían como espinas de rosa
y se clavaban en la piel hiriendo la comprensión
agraviando con dulzura la cordura
Lilith غرسس
Mi cuerpo.
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con la mirada perdida en el laberinto de tus venas. Y te haces mío, en una
ráfaga de situaciones que cantan con mi cuerpo; cincelando mi carne, como
una ...
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